“Dime cuantos seguidores tienes y te diré que clase de líder eres”
Ing. J.M. Salas
Usted me podrá decir como he oído decir a decenas de ejecutivos, soy el responsable de supervisar a: (Ponga el número de reportes directos e indirectos que tenga aquí), y sin importar que tan grande es el número, le puedo asegurar que no es ninguna garantía de su liderazgo.
Hay personas que saben utilizar muy bien la autoridad y la jerarquía para hacer que las cosas pasen, su dominio de las bondades que el poder del organigrama les confiere son amplias, pero en términos generales su trato es rígido y el ambiente en el que se desenvuelven frio.
No me mal interprete, es necesario en algunas etapas del desarrollo de los equipos un estilo mas inflexible, con el fin de garantizar que algunas cosas sucedan, pero no debería ser la constante, el mando centrado en la tarea suele ser eficaz pero desgasta las relaciones, y aunque en el mundo corporativo no vamos al trabajo para hacer amigos, le puedo decir que las relaciones interpersonales positivas son un vehículo muy eficaz para hacer que las cosas sucedan.
Un líder es esa persona que lo lleva a un lugar, al que usted no iría sola, y que le inspira la suficiente confianza, para que aún en la incertidumbre decida voluntariamente ir. Recuerdo tres ejemplos a este respecto que quiero compartir con ustedes.
El primero orientado a aclarar el concepto de seguidor que comparto a continuación, en un taller de pensamiento de diseño que impartimos para un grupo de startup’s. Como bien sabrá una empresa que comienza y que fue fundada por recién graduados suele llegar a tener algunos problemas de liquidez y flujo de efectivo, frecuentemente esto se ve reflejado en el pago de la nómina de los pequeños pero impetuosos equipos que toleran estos hechos en pos de avanzar en la construcción de las bases de la empresa.
En ese escenario, platicaba con una chica, joven, economista, muy buen promedio de una reconocida universidad privada, que al externarme que a veces veían retrasados los pagos de su sueldo, sembraba en mi la curiosidad de por qué entonces continuaba trabajando cada día en la startup. La respuesta honesta y franca se me quedó grabada. –Me quedo principalmente por el líder-.
Evidentemente es remarcable una persona que logra inspirar a un miembro del equipo que podría encontrar otro trabajo en otro lugar, para que se quede en el proyecto que tiene en su fase inicial a pesar de los obstáculos.
La teoría de los rasgos del liderazgo que por muchos años fue considerada como un ingrediente importante de los procesos formativos de nuevos líderes, es una análisis sobre las características natas e innatas de las personas que logran influir sobre los demás.
Capacidad de escucha, comunicación, inspiración, decisión, inteligencia, carácter, etc. Cada uno de nosotros cuenta con algunas de estas capacidades y es nuestra responsabilidad, afinar las que tenemos y desarrollar las que nos faltan con el objetivo de fortalecer la caja de herramientas con la que cuenta nuestra práctica de liderazgo.
El segundo ejemplo del que quiero hablar y que fortalece otro concepto fundamental del liderazgo tiene que ver con la imagen de la posesión de Barak Obama como presidente de Estados Unidos hace 10 años, esa mañana fría de enero de 2009 en Washington DC, congregó a una multitud de cientos de miles de personas en el National Mall, que va del monumento a Lincoln hasta el Capitolio para presenciar, mas que una toma de protesta la materialización de una visión.
La Visión es el faro guía del liderazgo, en términos generales me parece que los seguidores, siguen a quien consideran que tiene la capacidad de dar forma a una visión inspiradora y positiva del futuro, como lo describe Joel Arthur Barker, y el líder sigue a esa visión aún en los tiempos más difíciles para dar forma a sus decisiones en aras de llevar al equipo un poco mas cerca de transformar esa visión en realidad.
Finalmente cierro con un tercer ejemplo que considero ilustra claramente a la que considero es la capacidad más importante para materializar una visión: la determinación. En septiembre de 1962 John F. Kenedy definía un camino claro y certero hacia las prioridades de una nación, anunciaba lo que sería una gran cruzada para alcanzar un objetivo ambicioso que impulsaría como pocas cosas el desarrollo de la tecnología y demostraría los alcances de la civilización humana, y lo hacía con el siguiente discurso:
¡Nosotros elegimos ir a la luna! Elegimos ir a la Luna en esta década y hacer las otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles; porque ese objetivo servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese desafío es uno que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer, y otro que intentamos ganar, y los otros también.
Esa visión se materializaría hace 40 años con la llegada del hombre a la luna en 1969
La Leadership Academy de BLGroup, es un esfuerzo formativo que busca hacer que los líderes en las organizaciones, mejoren sus capacidades utilizando las mejores prácticas globales de capacitación, acérquese a nuestros consultores, estaremos muy contentos de poder ayudarles a materializar su visión.
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